Si hay algo fundamental en la moda es sin duda la identidad. Y porqué digo esto, según la define el diccionario de la RAE es el conjunto de rasgos propios de un individuo que lo caracteriza frente a los demás y también como conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás.
Indudablemente nuestra indumentaria es la primera forma de reivindicar esa identidad frente a nosotros mismos y frente a los demás. Buscamos nuestra propia identidad eligiendo nuestra ropa según nuestros gustos particulares como son las formas, el estilo, los colores , las prendas o los tejidos.
Por otro lado nos reafirmamos frente a los demás tomando una identidad colectiva, consciente o inconscientemente, es decir buscamos asemejarnos al menos en la apariencia al grupo o colectivo al que pertenecemos o queremos pertenecer.
Grupos alternativos, pijos, punks, bohemios, surferos, raperos, ejecutivos, maduros, tennegers…
Si algo hemos aprendido en esta pandemia es que nos vestimos tanto o más para los demás que para nosotros mismos. Aunque creamos que tenemos claro nuestro estilo nos determina mucho nuestras actividades y frente o con quien vamos a estar y no te vistes igual si vas a pedir un préstamo al Banco que una noche con tus amigos de concierto aún siendo la misma persona. Quieres no destacar, quieres tener ese sentimiento de pertenencia al grupo a través de tu ropa.
Esperando para una entrevista de trabajo
Diane Kruger de concierto
Asistentes al Festival de Coachella
Y sin embargo una corriente musical y estética nueva reivindica la afirmación de tu identidad propia como norma d estilo. Y esa corriente es el Trap.
Bad Bunny de concierto lleno de logos de Louis Vuitton
Bad Gyal
Billie Eilish con un bucket de Luis Vuitton
Estaba el pasado lunes viendo el programa de Maestros de la costura, al que estoy enganchado y presentaban la tendencia del estilo Trap que vino desde Atlanta hasta España y del que son buenos representantes Rosalía, C.Tangana, La Zowie o Bad Gyal, esta última hizo su aparición en el programa y como representante de esta corriente poligonera de luxe, lo definió como el estilo cuyo santo y seña es reafirmar tu personalidad y tu identidad a través de tu indumentaria.
Rosalía
C Tangana La Zowi
Al margen de lo que opinen los demás e incluso de lo que opine tu propio espejo, arriesgando en tus estilismos en los que lo que más importa es lo que quieres expresar. Es decir sabes que tu inspiración viene del chándal y zapatillas deportivas y no te importa porque denota tu origen de working class pero como también eres una nueva estrella en vez de ocultarlo lo adornas para dejarlo evidente con mucho oro, complejo superado de nuevo rico, la piel y el pelo de animal pero eso sí en su versión ecológica y falsa y en colores fluorescentes y llamativos y con accesorios de marcas reconocidas y caras y muy visibles para demostrar tu nuevo poderío económico. Las uñas tamaño XXL dejan patente que ya no eres una chica trabajadora y te puedes permitir llevarlas porque no realizas trabajos con tus manos y tienes a alguien que ahora hace incluso las tareas domésticas por ti.
Cardi B
Rosalía y sus uñas
Las marcas evidentemente han encontrado un filón en todos estos artistas y su legión de seguidores y firmas nuevas que centran toda su producción en ropa trap están triunfando como son Grimey, DNGRS o New Era, otras clásicas de deporte de toda la vida que parecen haberse redescubierto y convertido en iconos son Kappa, o Adidas, ahora utilizadas para vestir a diario. Los complementos son esenciales, las zapatillas deportivas, las gorras, las cadenas y demás bisutería excesiva, las gafas de sol excéntricas…
Al final arriesgas en tu estilo y buscas tu identidad, aunque ciñéndote dentro del estilo de esta nueva tribu urbana lo que no deja de ser un contrasentido para marcar tu propia identidad ¿o no?
¿Buscar la identidad para lograr la semejanza?
Pablo Merino